Con un trazado renovado respecto a ediciones anteriores, se
redoblaba con un recorrido largo de 185 km que partiendo de Argeles-Gazost
subía el Tourmalet por la cara de Luz, el no menos mítico Aspin, los preciosos
bosques y prados de la Hourquette d'Ancizan para regresar a Argeles por el
pequeño Col du Lingoust, finalizando la prueba con un postre quizás un tanto
indigesto como las terribles rampas de Hautacam. Los menos preparados podían
optar por el recorrido Deux Vallées, con lo que se evitaban el bucle
Aspin-Hourquette.
Si no bastara con la dureza implícita de este trazado, un
súbito cambio en la meteorología puso las cosas aún más difíciles. El día
amaneció con una pertinaz lluvia y fuerte bajada de la temperatura. Si la cosa
estaba así en el fondo del valle, la sola idea de imaginar la situación a más
de 2000 m de altitud hizo que muchos, entre los que algunos nos incluimos,
desistieran tan si quiera de tomar la salida. Siguiendo la marcha desde el coche,
las imágenes fueron dantescas, dotando de mayor mérito el logro de los 217
participantes que consiguieron finalizar el recorrido largo y los 483 que
hicieron lo propio en el corto.
Durante la prueba, la épica de este deporte se hizo patente
con un ascenso al Tourmalet bajo una intensa lluvia que en momentos se
convirtió en tormenta de granizo y una temperatura en torno a los 3ºC en la
cima que convirtió los 16 kilómetros de descenso en un calvario, con imágenes
terribles durante el mismo de ciclistas parados en la cunetas completamente
ateridos por el frio u otros que buscaban cualquier mínimo cobijo. Por suerte
con el paso de las horas la lluvia perdió intensidad, dándonos una pequeña tregua,
aunque el frio ya estaba en nuestro cuerpo, lo que provocó que gran parte de
los inscritos en el recorrido largo decidiera continuar por el corto al
alcanzar el pie del Tourmalet en Ste. Marie de Campan. Camino del Aspin era imposible
adivinar cualquier atisbo de grupeta, siendo la carretera un rosario de
ciclistas desperdigados cuyo único objetivo pasaba por sumar una pedalada mas
que les acercara al final de aquel tormento.
Sin duda una jornada con la que estar orgulloso para
aquellos que lograron concluir tan duro reto y una cuenta pendiente para
aquellos que no lo hicimos.